La Iglesia

La palabra Iglesia se usa para nombrar dos cosas diferentes:

1. la organización (que acabó probablemente con la muerte de Pío X),

2. el cuerpo místico de Cristo.

Como organización

Jesucristo desde el principio se rodeó de unos hombres, discípulos especiales que dejaron todo por seguirle. Los seleccionó para ayudarle en su labor. Al marcharse les encomendó que fueran y anunciaran su doctrina a todas las naciones.

(Podía haberles dicho: "ya enviaré yo el Espíritu Santo a quien crea conveniente", pero no lo hizo así, sino: "id y predicad a todas las naciones")

Es decir, encargó a unos hombres (varones, dedicados 100% a esta labor) que hicieran de intermediarios / representantes / mensajeros suyos. Los curas, obispos, papa, eran los intermediarios con Dios. (Ninguno de los actuales, por lo dicho aquí).

Como cuerpo místico de Cristo

Está formada por los que reciben la gracia (santificante), ya sea en acto (vivos en gracia o difuntos en el cielo o Purgatorio) o en potencia (vivos no en gracia). Es decir, sólo no forman parte del cuerpo místico los condenados (los perdidos irremediablemente). Cristo es la cabeza y nosotros somos como células de ese cuerpo.

"Yo soy la vid y vosotros los sarmientos", "sin mí nada podéis hacer", (sólo formando parte del cuerpo de Cristo recibimos la vida y todo).

Esto no es una descripción poética, bonita pero irreal, es la descripción de la realidad. Somos tan miembros del cuerpo invisible de Cristo como nuestras células lo son de nuestro cuerpo.

Tan equivocado es vivir sin conocer esta realidad o incluso negándola, como si una célula de nuestro cuerpo dijera que ella "quiere ser libre", que es "independiente", que ella no le debe la existencia y la vida presente a nadie ni debe vivir para servir a nadie.

Miembros de la Iglesia (como cuerpo místico de Cristo)

(En cuanto al estado del miembro. Hay otras formas de clasificar los miembros de la Iglesia: como laicos y religiosos,...)

La Iglesia se compone de:

1. la Iglesia militante (los vivos)

2. la Iglesia purgante (los difuntos en el purgatorio)

3. la Iglesia triunfante (los que están en el cielo).

En la Iglesia (militante) hay:

• miembros vivos que siguen recibiendo la gracia (santificante) de Dios (que no están en pecado mortal).

• miembros muertos que no reciben la gracia (santificante) de Dios (están en pecado mortal). Pueden revivirse con el sacramento de la penitencia, o el bautismo, si no son creyentes. Siguen recibiendo gracias de Dios, por ejemplo, para mantenerse en vida, para tener la posibilidad de reconciliarse con Dios.

Los excomulgados (por ejemplo, los masones bautizados), son miembros del cuerpo místico "muertos", que además de estar en pecado mortal dejan de poder participar de los actos de la Iglesia, y en función de su tipo de excomunión, debía ser el obispo o el papa el que les diera el perdón (en estos tiempos no hay ni actos ni posibilidad de perdón).

Los ateos, herejes, de sectas, son también miembros del cuerpo místico de Cristo mientras están vivos (pertenecen como miembros muertos), mientras están recibiendo la gracia para convertirse; una vez muertos y condenados, dejan de pertenecer a él.

Son dos cosas relacionadas pero diferentes, independientes

El cuerpo místico de Cristo, por su naturaleza, es evidentemente intachable, perfecto, santísimo, aunque podamos participar de él en muy diverso grado (desde miembros vivos a muertos).

La Iglesia como organización tiene una naturaleza humana, y por tanto ni intachable, ni santísima y "mortal": puede morir, desaparecer, como creemos que ocurrió en 1910, y nació cuando la instituyó Jesucristo.

Confusión

Los sacerdotes actuales (todos falsos) suelen identificar la Iglesia como organización con el cuerpo místico de Cristo. Por lo dicho antes, eso es completamente erróneo.

Bibliografía

"El Cuerpo Místico de Cristo", de P. Emilio Sauras OP, p.14 y ss., especialmente al final de la p.16 donde empieza: "por unidas que estén las dos Iglesias (cuerpo místico - organización), siempre habrá que concluir que son diversas, (...) no son dos entidades separadas e inconexas; están muy juntas". Es decir, son dos entidades, muy juntas pero no son lo mismo, por eso tienen dos nombres.

Además es evidente que puede existir la una sin la otra, para que en la segunda venida de Cristo se cumpla la incertidumbre de la remanencia de la fe (Lc 18,8). Si hubiera papa entonces no habría duda de la remanencia de la fe, por Lc 22,32 ("he rogado por ti para que tu fe no desfallezca"). Teniendo en cuenta esta dualidad del sentido de la palabra Iglesia, se entienden mejor esos versículos.

Suma 3, q8, a3 al final de la Solución.