La precaución y el conocimiento son dos cosas diferentes y no siempre se puede sustituir una por otra:
Cuando conduciendo no conocemos lo que podemos encontrarnos a la salida de una curva, hemos de aumentar la precaución (y conducir más despacio). (Podemos y debemos sustituir el conocimiento por la precaución).
Si me compro un auto, del que no se que tiene 5 marchas y por precaución sólo voy a 60 Km/h pero con la primera, quemaré el motor en poco rato. (En este caso la precaución no puede sustituir el conocimiento).
Echar agua despacito sobre una sartén con aceite caliente es la manera más segura de tener problemas.
En catalán hay una expresión ("Embolica que fa fort!": "¡Dale vueltas que así quedará bien atado!") que describe la mala costumbre de esperar alcanzar un resultado haciendo muchas cosas en vez de aplicar el conocimiento y usar las mínimas necesarias. "Embolicar" es "envolver" (un paquete). Y esa máxima describe a los que envuelven un paquete dándole muchas vueltas con la cinta adhesiva "a lo loco" (antes se hacía con una cuerda), en vez de seguir las recomendaciones de los transportistas y poner sólo 4 tiras pero en los sitios adecuados y necesarios.
Nos conviene aprender, y sólo cuando el conocimiento es imposible (saber lo que hay a la salida de una curva sin visibilidad), es cuando debemos usar la precaución. De lo contrario, estamos haciendo el "embolica que fa fort".
Acabo de publicar unos libros muy interesantes sobre el cielo y el ángel de la guarda, de sacerdotes de principios del siglo XX. Tienen reseñas de los mismos en esta página de mi otra web |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es el principal recurso que nos queda.
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