(y muchas imágenes, y casi toda la música)
Porque se usan para manipular a la gente
Efectos dañinos sobre la gente
Porque son un medio de manipulación, de sugestión muy potente
Cómo evitar que nos dañen las películas
Salvedades, o grado de perjuicio probable de las películas
Actualmente el mundo está dominado, en casi todas las áreas, por el Demonio. Creer que los que producen las películas son “hermanitas de la caridad” o sólo pretenden ganar dinero es un error. Al Diablo no le interesa el dinero, le interesan nuestras almas.
Los que mandan (dirigidos por el Demonio) usan las películas para manipular las sociedades. Dos ejemplos:
En este artículo se explica, como muchos ejemplos de películas, cómo se usó el cine para promocionar la “democracia” después de la muerte de Franco en 1975.
Cuando los que mandan quisieron imponer a los franceses el modo de vida USA lo hicieron a través de las películas: Francia contrajo una deuda con USA durante la primera Guerra Mundial. A cambio de que USA se la perdonara y recibiera más crédito, los franceses debieron aceptar las películas USA, que antes tenían limitada su proyección. Esto se llama el acuerdo de Blum–Byrnes (“Blum–Byrnes agreement”). Esto da idea de la importancia de las películas: de lo que un país (USA) es capaz de pagar por conseguir introducir las películas en otro y así influir sobre su gente.
Hay cuatro efectos:
Manipulación. A través de ellas, los que mandan introducen en la mente de la gente las ideas que quieren, de forma que la gente luego considera como propias esas ideas y está feliz cumpliéndolas. Hace tiempo que se dieron cuenta que es mejor engañar a la gente que no obligarla a la fuerza a hacer las cosas. Evidentemente los que mandan siguen manteniendo centros de internamiento forzoso, métodos de castigo a “traidores”, y de silenciamiento de disidentes o que pueden llegar a serlo (“que parezca un accidente / suicidio”).
Dañan al cuerpo. Ver cualquier fealdad nos genera malas secreciones internas. Ver cualquier belleza nos las genera buenas. Ver el artículo “Cómo nos daña la fealdad” en esta otra web.
Dañan al alma. De varias formas:
acostumbrándonos a la fealdad física y moral,
alejándonos de la realidad, pues toda mentira es algo que no es conforme con la realidad: “Dos más dos son cinco”, no es real. Si es la versión cinematográfica de un libro, siempre deforma su mensaje: quita cosas del texto (porque no caben) y añade otras cosas (porque el texto no explica ni puede explicar todo: el color de las ropas de los personajes). Nos hace creer que ya sabemos de qué va ese libro y no es verdad. De vez en cuando hacen nuevas versiones (por ejemplo, de la novela 1984), para adaptarlas a la situación de la gente.
Cierto es que el que recibe cualquier cosa: un libro, un auto, una casa, va a recibir también "un lado oscuro", consecuencia de todos los errores (y/o malevolencia) del que lo ha hecho, pero nada es tan hipnotizador como una película.
nos presenta mundos irreales y frecuentemente inalcanzables: podemos acabar frustrados por no vivir una vida tan (ponga aquí lo que Ud. prefiera: intensa, apasionada, pacífica, exuberante, sencilla,...), como la de nuestro ídolo de la pantalla.
Nos hacen perder tiempo, que debemos usar para desarrollarnos o para dedicarnos a lo que debemos. ¿Vemos películas que nos parecen más interesantes, menos frustrantes, que la realidad? ¿No estaremos entrando en un círculo vicioso?: cuanto más tiempo pasamos viendo cosas, menos cosas hacemos, entre otras: descubrir lo infinito de cada instante, de cada cosa, lo divino de cada persona; y así nos parece más aburrida la realidad y nos lleva a ver más películas. No sólo no avanzamos en nuestro desarrollo, crecimiento como personas, sino que retrocedemos, porque no avanzar, adaptados a nuestra edad, es retroceder, es estar cada vez más desajustado entre nuestra edad física y mental.
¿Por qué hay que ir con mucho cuidado (mejor evitar completamente) las películas (ya sea en cine, televisión, internet)?
Cómo vivimos cuando estamos viendo una película es lo más parecido a cómo vivimos la realidad. Leer libros o ver teatro no son tan parecidos.
Cuando estamos leyendo un libro, estamos mirando un papel escrito, sólo son nuestros pensamientos que están siguiendo la historia. Tenemos que leer nosotros, pasar nosotros las páginas,...
En el teatro nosotros vamos dirigiendo la mirada donde queremos, incluso moviendo la cabeza a un lado u otro del escenario. En las películas mantenemos la mirada fija en la pantalla, son otros los que nos dirigen la mirada. Estamos más pasivos, receptivos que en el teatro o leyendo.
Además, la vista deja un recuerdo que no se quita luego ni con lejía. El que haya visto la primera película sobre Jesucristo, luego le cuesta más imaginárselo de otra forma. Quizá por eso se dice que la fe entra por el oído, o que en el principio "era el verbo".
Con las películas en color (en pantalla gigante incluso en casa) es mucho más fácil “meternos en el personaje”, sentir y pensar como él lo hace. Y nuestro cuerpo va a segregar hormonas acordes con lo que hace nuestro personaje favorito (adrenalina, endorfinas,...), porque nuestro cuerpo no sabe diferenciar lo que imaginamos o soñamos, de la realidad (por eso nos despertamos con palpitaciones al tener una pesadilla, llora la gente al ver alguna película o se duerme feliz un niño cuando le contamos un bonito cuento).
El problema es que todas las películas que vemos (todo lo audiovisual que vemos) va creando hábito en nuestra mente y rastro en nuestro cuerpo. Nos vamos amoldando sin darnos cuenta a una forma de hablar, a una forma de comportarse,...
No nos damos cuenta porque no vemos las películas como un crítico de cine, sino que “nos entregamos”, dejamos de pensar y damos por bueno (sin enjuiciar) lo que hace nuestro personaje favorito. Es que no hay tiempo para ello, pues no vamos viendo, parando cada escena, analizando y juzgando lo que cada personaje dice,... (una sola imagen tiene muchísimos aspectos y permite amoldar la mente del que la ve de muchas formas, por eso pagan las empresas para que sus productos aparezcan, aunque sea en un rincón de las escenas). (Ver sobre la manipulación subliminal este artículo).
La prueba de que no nos damos cuenta de todo lo que nuestros ojos ven es que, cuando leemos un comentario de una película, nos hace darnos cuenta de detalles que habíamos pasado por alto, que no habíamos visto conscientemente (pero nuestros ojos, sí).
Es decir, dejamos que otros nos amolden la mente y hagan que sintamos en nuestro cuerpo lo que quieran.
Llevar al espectador a un estado altamente emotivo y, en ese momento, darle la orden.
a) En ningún otro sitio la gente está más entregada, más atenta a lo que le ponen en la pantalla y sonido, donde se produce una privación del resto de los sentidos para que el espectador no distraiga su atención con nada más: sala oscura, aislada de ruidos externos, asientos cómodos, buena temperatura, sonido muy fuerte, pantalla que cubre todo el campo de visión,...
Para comprobarlo, basta con ir a un cine y, mientras están proyectando la película, mirar los ojos de la gente. La mejor hipnosis. En los trenes o autobuses donde proyectan películas también podemos apreciarlo.
b) Se le envía al espectador el mismo mensaje por varios sentidos a la vez: oído (banda sonora y diálogos) y vista. (Por eso cada personaje de una gran película como "Érase una vez en el Oeste" también llamada "Hasta que llegó su hora", tiene su música de fondo propia)
Buena explicación de qué mensajes (perjudiciales) está emitiendo la música industrial:
Los mensajes subliminales los emitimos todos, la diferencia es que los que mandan los envían consciente y malvadamente (porque son seguidores del Diablo). Los mensajes se vehiculan principalmente por las imágenes y por el sonido. Léase por ejemplo este breve documento, o esta reseña del libro “Seducción subliminal”, de Bryan Key, Wilson. Resumen de los mismos en este artículo.
“Los mismos productos, comenzando por el más característico, el cine sonoro, paralizan, por su propia constitución objetiva, tales facultades. Ellos están hechos de tal manera que su percepción adecuada exige rapidez de intuición, capacidad de observación y competencia específica, pero al mismo tiempo prohíben directamente la actividad pensante del espectador, si éste no quiere perder los hechos que pasan con rapidez ante su mirada.” Dialéctica de la Ilustración, Horkheimer y Adorno, p. 171.
Por lo dicho antes, es muy peligroso:
Ver películas de grandes productoras (peor si es en el cine).
Ver vídeos de internet hechos por grandes productoras o periódicos, televisiones, etc. (Incluidos los videoclips de música).
En mi opinión, la inmensa mayoría de “youtubers”, “antisistemas”, “conspiranoicos”, que hay por internet, especialmente los que no tienen nombres y apellidos, sino sólo apodos, trabajan a sueldo, trabajan para los que mandan. Ofrecen algunas informaciones ciertas como gancho para que su clientela pierda el tiempo con ellos y no busque lo infinitamente mejor. Estoy bastante seguro de que alguna, con nombre y apellidos, también trabaja a sueldo.
Por supuesto, todo lo que sale por los medios masivos de manipulación.
Es inocuo ver vídeos caseros, hechos por gente normal, con nombre y apellidos. Por ejemplo: sus conferencias, fiestas, viajes, etc. (Mejor si no tienen música de fondo).
Ejemplo de tipo de película que es menos dañoso ver: este documental autobiográfico hecho por el protagonista mismo (excepto la música). Y pueden ver un comentario sobre el mismo aquí.
Los documentales de la naturaleza no tienen nada de inofensivos (excepto los de Félix Rodríguez de la Fuente, q.e.p.d.). Por supuesto, los “informativos” también son perjudiciales: sirven para entretenernos, distraernos con detalles para que dejemos de pensar por nosotros mismos en las realidades más profundas e importantes (que ellos siempre callan). Para conocer las nuevas prohibiciones o impuestos basta con leer los titulares de la prensa).
Cuanto menos edad tiene la persona, más dañina es para él la televisión (o películas): el daño de exponer a los niños a las pantallas (tv, tablets, etc.) está expuesto por esta Dra. francesa: porque les priva de un tiempo precioso que deben usar para aprender. Ella no entra en el tema de que los niños pequeños no son capaces de diferenciar la realidad de la ficción y no tienen (como los adultos) la experiencia y la inteligencia para defenderse de las imágenes desagradables que pueda ver.
Quien evita el peligro, evita el pecado:
Lleve su televisión a reciclar y no vaya nunca al cine.
Evite que sus hijos tengan teléfono móvil inteligente. Para comunicarse con ellos bastan los teléfonos móviles viejos.
Navegue por internet con dos navegadores: uno configurado para que no cargue ninguna imagen, ni flash, ni Javascript, para leer las noticias. Otro configurado normalmente para acceder a los sitios que ya conoce. Con ello reduce su exposición y que sepan de Ud. y evita dañarse el alma viendo cosas desagradables. (Por supuesto, no use Windows en su computadora). Parece que empieza a haber bastante gente navegando así porque ahora (2024) ya hay algún periódico (la Vanguardia), que impide totalmente consultarlo si no se usa Javascript, otros nos impiden el acceso si detectan que usamos "bloqueadores de imágenes".
El último papa conocido (Pío XII) dijo:
Que el cine no era intrínsecamente malo (sólo el pecado es intrínsecamente malo, ni siquiera el Demonio lo es, pues Dios lo usa también para nuestro bien. El Demonio es malvado, pero no intrínsecamente malo).
Que es un tema muy importante: “problema espiritual y moral de inmenso alcance”.
Por la importancia del tema, dirigió recomendaciones a autores y actores de cine, y aconsejó establecer controles eclesiásticos o gubernamentales. Estas medidas de control nunca llegaron a establecerse o fueron insignificantes (como la censura de Franco en España), porque el Demonio entonces ya controlaba mucho la sociedad y estaba infiltrado en la Iglesia.
Si el papa hubiera conocido la opinión de los especialistas citada antes (“-el cine- prohíben directamente la actividad pensante del espectador”), seguro que hubiera sido más explícito contra los riesgos del cine.
«Porque, ciertamente, ¿cómo podría dejarse a merced de sí mismo o condicionado solamente por ventajas económicas un medio de suyo tan noble, pero tan eficaz, tanto para levantar como para rebajar los ánimos; un vehículo tan apto para promover el bien, pero al mismo tiempo para difundir el mal?»
«Presentad, en lugar de espectáculos inconvenientes o perversos, visiones sanas, nobles y bellas, que sin duda alguna pueden ser avasalladoras sin turbulencias y aun llegar al ápice del arte»
«el espectador, al final, salga de la sala más alegre, más libre y, en lo íntimo, mejor que cuando entró»
Encíclica Miranda prorsus, del 8 de septiembre de 1957, discursos del 21 de junio y del 28 de octubre de 1955, encíclica Vigilanti cura, del 29 de junio de 1936, discurso que dirigió el 26 de agosto de 1945 a los autores y actores dramáticos.
"Una imagen penetra mucho más directamente en el tejido y mucho más profundamente en las raíces de la vida interior que una simple doctrina. La imagen influye en la imaginación, actúa sobre el sentimiento y tiende a convertirse en modelo, para luego, apropiada y transformada, reaparecer en la vida del que la contempla". El talante simbólico de la liturgia. Romano Guardini. p. 58.
Este otro artículo explica cómo el uso de pantallas daña la mente incluso a los adultos.
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Acabo de publicar unos libros muy interesantes sobre el cielo y el ángel de la guarda, de sacerdotes de principios del siglo XX. Tienen reseñas de los mismos en esta página de mi otra web |
Rezar el Rosario (mejor en latín) es el principal recurso que nos queda.
Estas páginas son apuntes que pueden contener errores de un servidor y se van mejorando con el tiempo y la gracia de Dios.
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